martes, 7 de enero de 2014

Con qué se hace la cerveza?

La respuesta parece fácil: cebada, agua, lúpulo y levadura, y a veces trigo.
En realidad el único elemento que no puede faltar es el agua, pero en cuanto a todos los demás…
La cebada: hay muchísimas variedades de cebada que se diferencian básicamente por el método utilizado para tostar los granos; hay muchos sabores distintos que se deben a las diferentes cepas de este cereal.
El agua: si queremos, podemos también filosofear acera de la composición del agua, que sea de manantial o del grifo, y así seguidamente – pero en realidad para fabricar cerveza en casa es suficiente un agua del grifo descalcificada.
El lúpulo: hay muchísimos tipos diferentes y, dependiendo de cuando se añade al mosto en la fase de cocción proporcionan amargor o aroma. Y no es el único sistema para proporcionar amargor y/o para evitar la proliferación de bacterias: se pueden usar otras plantas o incluso especias, y por consecuente el sabor será diferente.
La levadura: a pesar de que en la elaboración casera de la cerveza se suelen utilizar sólo unas pocas cepas, en realidad de la levadura dependen muchos de los matices que nuestra cerveza adquiere al final, ya que las diferentes cepas de levaduras generan como subproductos de la digestión de los azúcares de la malta sustancias diferentes. De hecho, las grandes cerveceras artesanas tienen un laboratorio de microbiología propio.
El trigo: no es el único cereal ‘complementario’ a la cebada, se puede usar también centeno o copos de cereales o arroz.
Además, se pueden añadir otros complementos para que se desarrollen otros matices, lo que hará de cada cerveza una experiencia única.
Hacer cerveza es como cocinar. Puedes cocinarte todos los días lo mismo o bien poner un poco de fantasía en la cocina. Esta fantasía genera la cerveza casera, que llega donde las grandes marcas no pueden llegar.

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